Un día más.

3:19 Mónica 2 Comments

Se fue como una exhalación, duró lo mismo que un pestañeo. La convivencia fue como querer mantener los ojos abiertos, procurando no pestañear, pero sabiendo que tarde o temprano tendrás que ceder, porque sucederá, porque pestañearás y perderás la batalla, se habrá ido. Y se fue. Ya ves que si se fue. La casa ahora huele a vacío, y noto un eco que en realidad no existe. El suelo está aún más frío de lo normal, y maldigo que no enmoquetaramos esa zona del salón, como ella me había dicho. Siempre tenía razón, y yo nunca se la daba. La nevera parece que hace más ruido, se queja más fuerte, y el aire...hay demasiado aire en estas cuatro paredes para una persona sola. Estiro la mano y...no soporto notar el otro lado de la cama tan frío, así que me cambio de sitio, y es absurdo, porque cambié las sábanas y aquel lado sigue oliendo a ella. Y pensar que la primera vez que la vi no me gustó nada su perfume...ahora se me antoja demasiado agradable. Las puertas rechinan, y escucho cómo el aire golpea la persiana de las ventanas. No puedo evitar necesitar escuchar ese ruido...el de su respiración. Siempre conseguía que me uniese a su ritmo, quedábamos acompasadas. Necesito sentir su brazo rodear mi cintura, y su aliento golpeando el lado izquierdo de mi cuello. Duerme. Duerme...me repito una y otra vez, y me duermo, pero no dejo de pensar en ella, y mi mente tampoco quiere echarla de ahí, así que decide crear escenarios nuevos a su lado, esa visita al Safari que nunca sucedió, ese salto en paracaídas que yo me negué a realizar...y me paso la noche entera con ella, con su risa, tan estridente...para algunas personas molesta, para mi el sonido más bonito del mundo. La miro y la veo enamorada, me mira ella a mi y...me ve dudosa. ¿Cómo pude dudar que la quería? Ahora es tarde, como en el sueño, cuando voy a besarla ella se aparta, me mira con pena y se aleja. Es tarde. Suena de nuevo el despertador, me vuelven a faltar sus quejas para que lo apague, me vuelve a faltar ella. Un día más.